lunes, 23 de junio de 2014

Propuesta de los laicos








El desafío de la radicalidad


Aporte de los laicos colaboradores para el XI capítulo general de la congregación pobres siervos de la divina providencia













Breves puntos de reflexión





1.     La radicalidad calabriana y nosotros

Sin dudas es un desafío muy grande y arduo aquel de entrar en una realidad que requiere de los colaboradores además de la contribución profesional aquel de adherir/compartir el Carisma de San Juan Calabria.
En líneas generales, hay muchos modos de desempeñar el rol de colaborador, con límpida conciencia e imprescindibile preparación, pero si queremos hacer una síntesis, podemos decir que hay dos modos de interprtetar nuestro rol en la obra: uno pasivo y el otro activo.
Vivir de modo pasivo significa compartir, o mejor, aceptar las reglas y desenvolver honestamente el proprio trabajo: ¡nada para reprochar!
Vivir de modo activo, en cambio, significa involucrarse y dejarse involucrar, no solo aceptar las reglas y la misión, sino y, sobretodo estar disponibles a crecer juntos.
Si unimos a la profesionalidad esta participación activa, haciendo de las mismas un “unum” es mucho mejor; sabiendo siempre que puede haber diversos niveles de intensidad en este “unum” ya que cada persona tiene su propia historia y vivencia la cual debe ser respetada.
Sintetizando al máximo, podemos afirmar que el horizonte en el cual nos movemos es aquel de un testimonio cristiano vivo que se traduce en un estilo de vida personal coherente. Tal estilo es importante para todos, en particular para aquellos que tienen roles de responsabilidad. Al mismo tiempo, debemos tener en cuenta las dificultades y las fragilidades de cada uno.
Paralelamente no se puede ignorar que la radicalidad calabriana debe tener en cuenta también lo atinente a la “dinámica administrativa” propia de las empresas que, nos puede brindar elementos que nos  ayuden a ir “por el camino desierto”, por otra parte, introduce una lógica gestional propia que puede, si no es bien aplicada, alterar la expresión plena del carisma. Es necesario alcanzar un justo equilibrio.
Recordemos que hoy los laicos que trabajan en la Obra, muchas veces representan la cara visible entre la Obra y las Personas que a ella se acercan y son un instrumento ideal de la nueva evangelización porque, desde su coherencia y fidelidad, pueden encarnar aquella Buena Noticia que Jesús ha traido, y de la cual Juan Calabria fue un ardiente testigo.
Si quisiéramos garantizar que un colabrorador es eficiente y bueno, aquello que deberíamos “medir” (y creemos que se puede) para afirmar esto, es medir el deseo que manifesta en responder a esta específica vocación y la real voluntad de luchar por cumplirla.


2.     Ve por el camino desierto:
        el estilo calabriano de los colaboradores

 El camino desierto existe y lo vivimos así: muchas veces caminamos errónemanete a lo largo del camino, siempre apurados y con el riesgo de vivir en una absoluta soledad social y espiritual. Este es el primer desierto que debemos temer. Son los caminos que recorremos y que se pueden volver que desiertos porque no nos arriesgamos o porque estamos ciegos y no somos capaces de ver lo que tenemos a nuestro lado.
La pobreza más grande hoy es la SOLEDAD espiritual y real por la falta de la familia (mucha veces ni siquiera aquella “alargada”) y de la comunidad (de cualquier tipo). Ejemplo práctico es la soledad de muchos ancianos, de muchos niños, de muchos “abandonados”, de los sin trabajo, de los enfermos psíquicos, de los pobres económicamente hablando y del enfermo que se siente solo para afrontar su enfermedad.
Como respuesta a este desierto, el estilo calabriano para nosotros colaboradores, debe exprimirse de manera particular en valorar las buenas relaciones, en tener  una atención particular en el modo en que nos relacionamos con las personas que se nos confía y con aquellas con las cuales compartimos la experiencia de trabajo.
Para nosotros los colaboradores, don Calabria a través del abandono en la PROVIDENCIA, representa un claro ejemplo de persona que ha sabido afrontar muchos momentos de dificultad sin perder la esperanza. Es más, en él vemos una persona que ha buscado respuestas de forma activa, creativa y profética, en primer lugar dando confianza a las personas que estaban a su lado, haciendo emerger de cada uno de ellos sus dones para crecer en humanidad y espiritualidad.
La actitud de abandono y confianza propia de don Calabria es para nosotros un estímulo para hacernos cargo, cada vez mejor de las personas que se nos confían. La mirada sonriente con la que es representado siempre don Calabria nos hace pensar que una sonrisa cuesta poco, una palabra buena cuanto bien hace al espíritu y también al cuerpo de nuestros “pobres” (aunque muchas veces estos pequeños gestos son negados en nombre de una presunta “etiqueta de profesionalidad”).
Como colaboradores laicos nos sentimos animados para hacer nuestro este estilo, haciendo que “se vuelva nuestro estilo de trabajo”.  Para hacerlo de manera más responsable, tenemos la necesidad de una mayor formación sea a nivel de conocimiento de la Obra y del carisma, sea a nivel espiritual personal.

3.     Trabajo y anuncio del Evangelio

No hay dudas que la profesionalidad ofrecida por los colaboradores es un gran instrumento de evangelización. Por esto se debe buscar y mantener una elevada competencia profesional: es necesario elegir siempre colaboradores preparados, orientados a la formación continua, capaces de confrontarse con otros profesionales, para ofrecer el mejor servicio a las personas que se nos confian.
Las personas que se nos confían deben saber que en nosotros encontarán una buena respuesta, competente y aggiornada para sus problemas. El modo de trabajo Calabriano debe tener en cuenta la situación total de la persona, es decir debemos “flanquear” a las personas que nos piden ayuda. Este modo de trabajar nos permite ser testimonios de la Providencia y testimonios de un modo diverso de trabajar que nos lleva a prestar atención a la persona en su totalidad y no solamente a la “necesidad” específica por la cual acude a nuestro encuentro el pobre.
En el momento en el que ofrecemos ayuda, técnica y capacidad de escucha, nos ofrecemos a nosotros mismos. Esto es ya gratificante: es lindo saber que cuando damos (quien más, quien menos) recibimos mucho más de lo qie damps (si sabemos recibirlo). Será solo un gracias, el testimonio de una vida, será cuando descubrimos en el otro el espejo de las necesidades que un día podrán ser las nuestras... Afortunados son aquellos que, en las pequeñas cosas de cada dia descubren “el amor de Dios Padre hacia los hermanos más pobres”.











Propuestas concretas
para los capitulares


Siguiendo las  indicaciones recibidas del  Consejo General, hemos elegido una modalidad sintética y lo más concreta posible para presentar este trabajo de los laicos colaboradores a los capitulares.
Creemos oportuno proponer a los capitulares cuatro acciones concretas, largamente esperadas por los laicos:
1)     La creación de un consejo de laicos
2)     La implementación de algunos instrumentos de gestión participativa  
3)     La implementación de algunos instrumentos específicos de evaluación
4)     La implementación de algunos instrumentos específicos de formación
Para cada uno de estos ámbitos hemos inserido 3 parágrafos distintos:
1)      EL CONTEXTO en el cual se inserta nuestra propuesta, con el significado y los obejtivos.
2)      La PROPUESTA que hacemos a los capitulares para llevar a cabo los instrumentos indicados.  
3)     Una HIPOTESIS OPERATIVA de como podría implementarse concretamente el instrumento propuesto.
El motivo por el cual quisimos inserir la hipótesis operativa es, para ser más concretos, y evitar entregar a los capitulares solo bellas palabras vacias.
Sabemos que las hipóstesis propuestas aqui no son las únicas posibles y les corresponderá a los capitulares decidir aquellas más convenientes, con todas las modificaciones que crean oportunas.




1.         CONSEJO DE LAICOS
CONTEXTO
·         La institución de un consejo de laicos es la propuesta más compartida y sentida por los laicos que han participado de los encuentros pre-capitulares.
·         El objetivo del consejo, ampliamente compartido, es aquel de aumentar la corresponsabilidad entre religiosos y laicos tanto en lo que respecta a compartir el carisma de don Calabria como en el tema de la gestión de la actividad. Queda firme, naturalmente, la autoridad última del Casante.
·         El consejo viene visto como un pasaje fundamental para que tanto laicos como religiosos lleguen a hablar el mismo lenguaje, compartiendo con mayor claridad los objetivos, las opciones y las motivaciones espirituales y materiales que guian a la Obra.

PROPUESTAS
·         Se propone que sea creado un consejo de laicos que pueda acompañar a cada Consejo de Delegación con una función consultiva, limitado a los ámbitos y competencias que se decida atribuirle.
·          Creemos importante que el consejo, además de tener una función consultiva y técnica, sea un organismo en el cual se haga experiencia de espiritualidad calabriana y se compartan momentos  significativos desde el punto de vista del carisma, para poder, de esa manera ser fermento para todos los laicos.
·         La composición y el funcionamiento del consejo de laicos son establecidos por un estatuto. Las líneas guias serán comunes en todas las Delegaciones, aunque después en el funcionamiento, podrán haber variaciones atinentes con las exigencias legales de cada lugar. El estatuto podrá ser realizado por un grupo de laicos y religiosos en forma conjunta.
·         La redacción y puesta en vigencia del consejo debe ser un objetivo a realizarse en el primer año del sexenio.
·         El consejo de laicos debe encontrarse con regularidad durante el año y ser escuchado con regularidad por el Consejo de Delegación y el Consejo General cuando realiza la visita a la Delegación.
·         En lo operativo, el Consejo de Laicos debe hacer referencia a algunas de las comisiones específicas (por ejemplo formativa/carismatica, gestión/administrativa, social…).
·         Una comisión de carácter internacional, y no ligada a los consejos de cada Delegación, debe ser constituida para ocuparse de organizar y coordinar los proyectos socio-sanitarios que abarcan casas calabrianas de diferentes países..

HIPOTESIS OPERATIVA
·         El consejo de los laicos podrá ser oganizado en diferentes comisiones operativas con específicas competencias, a definir según las necesidades y normas de cada territorio. La composición del consejo deberá contar con dos representantes, por lo menos, de cada comisión operativa, además de un representante por cada casa de la delegación (es importante la participación también de las casas más pequeñas).
·         Ejemplo de comisiones posibles: formativa/carismatica (con la tarea de coordinar la formación de los laicos en las varias casas), gestión-administración (con la tarea de asistir al Consejo de Delegación en la gestión financiera, patrimonial, de sustentabilidad, etc...), social, sanitaria
·         Las comisiones, formadas por no más de 5-7 personas nombradas por el Consejo de Delegación, deberán tener un rol operativo y estar compuestas por laicos expertos y competentes en la materia específica de cada comisión (sin excluir la consulta con personas expertas que no pertenezcan a la misma). La comisión podrá ser acompañada por un religioso referente y de algún organismo de la Obra existente (por ejemplo en la formación).
·         Competencias del consejo podrán ser: coordinar el trabajo de las comisiones, ser nexo entre la Congregación y los laicos (a través del uso de canales de comunicación idóneos), ofrecer consejos al Consejo de Delegación sobre cuestiones delicadas que impliquen a los laicos (por ejemplo: clausura de casas o actividades), dar indicaciones generales respecto a la formación de los laicos, ser punto de referencia en la evaluación del sexenio con respecto a los objetivos atinentes a los laicos...
·         Con respecto a la “Comisión de proyectos internacionales”, por cuestiones prácticas relacionadas a la internacionalidad del mismo proyecto, podría ser oportuna que la misma tenga una cierta autonomía de gestión, organizacional y económica.

































2.         INSTRUMENTOS DE GESTIÓN PARTICIPATIVA
CONTEXTO

·           Creemos que la práctica de la gestión participativa, a través de consejos, puede ser el punto de partida para la construcción del conocimiento específico y de la acción evangelizadora que pretendemos efectivizar en nuestras organizaciones calabrianas.
·           Desarrollar un modo participativo de gestión como un camino seguro para enfrentar los cambios por los cuales pasa hoy la sociedad y las organizaciones. También, porque vemos en la gestión participativa una forma de administrar las actividades que más se aproxima con el carisma y la espiritualidad de los Pobres Siervos de la Divina Providencia.
·           Realizar planificaciones integradas entre actividades afines nunca fue tan esencial para las instituciones del tercer sector como en estos momentos, tiempos de cambios rápidos, de definición de objetivos, de flexibilización y de adaptación rápida a las nuevas necesidades.
·           Apertura a las señales de los tiempos para acoger las nuevas demandas sociales.

PROPUESTAS

a) Gestión participativa
·           Implementar la gestión participativa a través de los consejos Deliberativo, Regional, Operacional, Comunitario, de Familia, etc...
·           Elaborar la planificación de las actividades utilizando la metodología de la planificación circunstancial (específica para las instituciones del tercer sector).
·           Valorizar el capital humano (gestión con personas) de las actividades calabrianas, a través de la participación, formación continua (humana, espiritual y técnica), desarrollando el sentido de pertenencia a la obra.
·           Realizar encuentros regionales y nacionales de gestores de las actividades calabrianas, con temas relevantes a las necesidades del momento.
·           Desarrollar la comunicación interna, externa y internacional entre las actividades calabrianas afines.
·           Definir los roles, las responsabilidades y  las competencias de manera formal.


b)       Gestión financiera
·           Autosustentabilidad de las actividades, a través de la diversificación de las fuentes de financiamiento.
·           Estructurar un plan de indicadores para monitorear los procesos y resultados.  

c)        Nuevas demandas
·           Estar abiertos a la nuevas demandas sociales, como P. Juan Calabria lo estaba a los nuevos desafíos.  
·           Evaluar la continuidad de las actividades y verificar si están de acuerdo con el carisma calabriano, y si atienden las demandas sociales actuales.


3.   INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN
CONTEXTO
·         La cultura de la evaluación es vista por los colaboradores como un elemento esencial para dar credibilidad a los objetivos que se plantean.  
·         La premisa para poder favorecer una cultura de la evaluación es que los objetivos a evaluar sean claros. Los laicos creemos oportuno que en nuestras casas se implemente cada vez más una cultura de los objetivos.
·         Cuanto más claros y concretos son los objetivos, más los colaboradores se sentirán comprometidos en la misión de la casa y podrán reforzar su sentido de pertenencia a la Obra.
·         Proceder a través de objetivos y evaluación de manera sistemática es también un modo para salir de una cierta autorreferencialidad que algunas veces caracteriza a  nuestras casas y actividades.

PROPUESTAS
·         Se propone que cada casa se responsabilice en lo referente a definir y comunicar periódicamente los propios objetivos de la actividad, de los recursos, del personal, relación con los proveedores, evangelización….
·         Se propone que cada casa sea dotada de los instrumentos adecuados para la revisión de los objetivos que se proponen al inicio del año.
·         Es necesario que se individualicen los indicadores de base que favorezcan la programación y la evaluación, sobretodo en algunos ámbitos que son transversales a todas las casas (por ejemplo: formación, evaluación de los beneficiarios de nuestras actividades, sustentabilidad económica, participación, relación con los colaboradores, pastoral, clima organizativo...). A propósito ver el esquema de la siguiente página.
·         Se debe dar una particular atención a lo que piensan las personas que se nos han confiado. Se trata de evaluar los siguientes aspectos: los servicios recibidos, el clima que encuentran, la correspondencia con los valores propios del estilo calabriano (en otras palabras: ¿qué piensan de nosotros los pobres?). La evaluación, en lo que respecta al clima y al estilo calabriano, podría ser propuesta de la misma manera para todas las casas de la Obra.
·         El consejo de los laicos sea el punto de referencia para la evaluación de los objetivos que el Capítulo propondrá para el sexenio en relación a los laicos.
·         Sean facilitadas modalidades de evaluación para entender si una casa o una actividad están en consonancia con la misión de la Obra o no. También en este tema el consejo de los laicos puede dar su opinión...
·         También el camino de formación sea monitoreado y evaluado para ver si resulta eficaz.












HIPOTESIS OPERATIVA
·         A fin de garantizar un correcto sistema de programación y control podría ser útil hacer referencia a un modelo que comprenda por lo menos tres áreas: gestión por objetivos, evaluación de los resultados, transparencia.
·         Naturalmente es competencia del Consejo General y de Delegación, con la ayuda del consejo de los laicos, evaluar cuáles casas y actividades abrir, reformar o cerrar. Así también es competencia del Consejo valorar si existe coherencia entre la casa y la actividad con la misión calabriana, teniendo presente también la sustentabilidad de la misma. Un esquema útil, en tal sentido puede ser, el que encontramos aquí al lado.
·         Siempre el Consejo General y el de Delegación, con la ayuda del consejo de Laicos, deberán concordar con los responsables de cada casa los objetivos multidimensionales y los indicadores para cada casa: en términos de actividad, de sustentabilidad económica, de coherencia con la misión calabriana, de eventuales ayudas a otras casas...
·         A esta altura, de acuerdo con las indicaciones del Consejo General y el de Delegación, cada casa deberá hacerse responsable para que los objetivos se lleven a cabo. Sería muy útil que cada casa redactara anualmente, o por lo menos periódicamente, un documento con la programación preventiva del año (incluyendo actividades previstas, recursos a emplear, objetivos en término de misión específica de la casa, relación con los colaboradores, personas a ayudar...). No se trata de un mero balance económico, sino de una programación que abarque los objetivos sociales y misioneros de la casa.
·         Este documento deberá ser enviado al Consejo de Delegación que así podrá evaluar mejor como está andando la Obra en sus varios niveles: actividad, estilo, colaboradores, necesidades económicas, rol de la comunidad religiosa, pobrezas emergentes…
·         El item que sigue es el de la revisión de los objetivos que se proponen. En este sentido cada casa debería realizar periódicamente una rendición de la misión (personas ayudadas, sustentabilidad de la asistencia realizada, colaboraciones con otras casas de la Obra u otras Obras, opiniones recogidas a través de cuestionarioss...).
·         El tercer item, aquel de la transparencia, podría preveer una publicación vía web, por lo menos de uso interno, de la rendición de la misión de la Congregación (rendición centrada en la misión desarrollada, agregando el balance fiscal que ya estamos obligados por ley a publicar).
·         La premisa para que este sistema de gestión a través de objetivos y revisión pueda funcionar es que en cada casa sean claras las responsabilidades y las funciones, en particular la relación entre el presidente (generalmente un religioso) y el director (generalmente un laico), asi como en todos los niveles de la organización.










Cuadro de texto: Ejemplos de indicadores de base:
4.   INSTRUMENTOS DE FORMACIÓN
CONTEXTO
·         De los aportes de los colaboradores emerge con mucha claridad la necesidad de una formación permanente en cuatro ámbitos: profesional, relacional, espiritual y cultural.
·         Sabiendo que los 4 ámbitos son complementarios, la propuesta que hacemos a los capitulares hacen referencia de manera particular al camino a recorrer para conocer el carisma y el estilo calabriano. En este ámbito, de hecho, los colaboradores han expresado la necesidad de que haya propuestas comunes a todos los laicos.
·         Otra exigencia que emerge con fuerza es la de contar con un camino formativo calabriano específico para los nuevas desafíos. Ha sido subrayado la necesidad particular de atender la formación de los dirigentes y de los responsables de los sectores.

PROPUESTAS
·         Cada año se proponga un camino de formación calabriana que sea común para todos los laicos de todas las casas y grupos. Las líneas guías y los instrumentos a utilizar deberían ser enviados por la comisión formativa central (en sintonía con el consejo de los laicos y con los religiosos encargados de la formación en la Delegación). La comisión estará en contacto con los referentes de la formación de las casas, a los cuales les corresponderá definir tiempos y modos de la formación en cada casa.
·         Se propone que la comisión formativa central (en sintonía con el consejo de los laicos y con los religiosos encargados de la formación) se encargue de implementar un camino de formación calabriano común para todas las casas para todos los nuevos desafíos. Tal camino deberá ser basado en el conocimiento de don Calabria, la historia y actualidad de la Obra, el carisma y estilo calabriano en relación al lugar de trabajo. A partir de esta base común, cada casa podrá adaptar el camino a las propias exigencias.
·         Se propone organizar cada año, por lo menos un encuentro de formación calabriana dirigido específicamente a los dirigentes (pensado junto a ellos), y uno destinado a los responsables de los distintos sectores (pensado y organizado junto con ellos).
·         Se evalúe como dar mayor relieve a los colaboradores en los medios ya existentes, como por ejemplo L’Amico y A ponte, que puedan servir para conocer mejor la Obra y su carisma. Se evalue además la posibilidad de crear nuevos medios en tal sentido, sobretodo de tipo multimedias.
·         Se propone crear un archivo único de subsidios formativos usados en las distintas casas (filmes, publicaciones, cursos,...).

HIPOTESIS OPERATIVA
·         Las propuestas en materia de formación deberán ser puestas en práctica por una comisión formativa central de laicos (compuesta por 5 a 7 miembros nombrados por el Consejo de Delegación).
·         La comisión central deberá trabajar en sintonía con el consejo de laicos y junto a los religiosos referentes de la formación de la Congregación. Además deberá estar en frecuente contacto con los referentes de la formación de cada casa.
·         La comisión deberá ser punto de referencia para la formación “calabriana”, y también podrá ofrecer una ayuda metodológica también en lo que respecta a la formación profesional de las casas.
·         Se ve necesario que en este camino formación haya momentos donde se comparte testimonios de vida. Se trata de algo fundamental para garantizar el pasaje generacional también entre los laicos, favoreciendo el nacimiento de las nuevas vocaciones laicas que pueden entusiasmarse por el ejemplo de quienes lo han precedido en la Oba. Sería importante que haya momentos de encuentro entre laicos de diversas casas o de sectores diversos de una misma casa, se trata de ocasiones de formación que se deben promover más, ya que estas ayudan a crecer y a enriquicerse en la diversidad.


5.   NUESTRAS CONVICCIONES


Creemos que esta propuesta puede ayudarnos a nosotros laicos a vivir con mayor conciencia y convicción nuestro rol dentro de la Obra. Por otro lado estamos convencidos que estos instrumentos pueden ayudar a la Obra a valorizar más la contribución de los laicos, sea en lo espiritual como en lo profesional.
Creemos que el consejo de los laicos, juntamente con los instrumentos de formación y el modelo de gestión por objetivos/revisión propuestos, llevarán a un camino de clarificación de los roles, de los procesos y de las responsabilidades, dando respuesta a muchas otras necesidades expresadas por los laicos colaboradores.
A propósito, señalamos algunas de las necesidades que emergieron: tener indicadores más claras para la elección y el estilo de los colaboradores, favorecer el intercambio de experiencias entre colaboradores más ancianos y más jóvenes, reforzar el sentido de pertenencia a la Obra, mantener una fuerte apertura hacia las nuevas pobrezas, aggiornar y actualizar algunos términos tradicionales calabrianos (buscar traducciones que sean más accesibles también para los colaboradores no creyentes o de otras religiones).
Estamos convencidos que los instrumentos propuestos en este documento, no solo nos ayudarán a encontrar respuestas a las necesidades citadas, sino que favorecerán a una colaboración constructiva y de acuerdo con los tiempos actuales entre laicos y religiosos, manifestando de manera evidente que somos una comunidad en camino y vamos todos hacia la misma dirección, que es aquella de la misión de la Obra.
En este sentido, este podría ser un primer paso hacia un futuro Capítulo de la Obra, en el cual un día puedan encontrarse todas las ramas del árbol calabriano: religiosos, religiosas y laicos juntos para confrontarnos acerca de la Obra que todos llevamos en el corazón.
Una última consideración la dedicamos al tema de la radicalidad. Creemos, antes que nada, que el primer y principal modo de vivir radicalmente el carisma para nosotros los laicos es el ejemplo personal de disponibilidad y dedicación al prójimo, espcialmente al más pobre.