XI° Capítulo
General
CONGREGACIÓN
POBRES SIERVOS DE LA DIVINA PROVIDENCIA
«SEAN MIS TESTIGOS EN TODA LA
TIERRA»
Discípulos-Hermanos-Misioneros
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Maguzzano,
04-18 de mayo 2014
Maguzzano, 04-18 de mayo
2014
¿HACIA DONDE VAMOS?
Animados por la luz del Señor resucitado y con la fuerza transformadora
del Espíritu Santo, los hermanos capitulares nos hemos reunido en Maguzzano
para celebrar el XI° Capítulo General de nuestra Congregación.
El Capítulo ha sido un kairós, un tiempo de gracia en el cual
hemos tratado de entender «donde estamos» como Congregación y, «hacia donde el Señor nos
invita a ir ».
En este tiempo especial de nuestro caminar, nos hemos sentido
acompañados y sostenidos por la oración de tantos hermanos y hermanas de la
familia calabriana. En la comunión, hemos sentido la presencia de todos los
hermanos y hermanas que nos han precedido a la casa del Padre, de manera
particular por San Juan Calabria, nuestro padre fundador; y que son para nosotros
una invitación a permanecer fieles en el camino (cfr. Lc 24,13-35).
En los trabajos capitulares hemos tenido en consideración los aportes de
todos los hermanos y la invitación que el espíritu de Dios hacía resonar en
nuestros corazones, de vivir «conforme al estilo de vida apostólica». Los signos de estos tiempos han
tocado nuestra vida y misión y han sido una invitación a acoger lo «nuevo», que el Espíritu hace germinar
en la historia. Lo «nuevo», como gran llamada de Dios Padre
providente, a cada uno de nosotros. El imperativo «Levántate y ve… por el
camino desierto» (Hech 8,26), para nosotros, discípulos misioneros pobres siervos, es un llamado a renovar
radicalmente nuestra vida personal, comunitaria y de la congregación, anunciando,
de manera desbordante de gratitud y de gozo, el don del encuentro con
JESUCRISTO. Este encuentro con Jesús nos ofrece la certeza que somos hijos de
un Padre providente y misericordioso.
En este contexto, nos sentimos interpelados a proponer un programa, que
desarrolle en la Congregación procesos dinámicos y creativos, de
recualificación de nuestra vida, fundada y radicada en Jesucristo, «Camino, Verdad y Vida». En este sexenio, por lo tanto,
somos invitados a andar por los caminos del:
- TESTIMONIO DE LA RADICALIDAD EVANGÉLICA
CALABRIANA
- PROFECÍA Y EVANGELIZACIÓN
- FAMILIA CALABRIANA
Con «la mirada fija en Jesús» (Heb 12, 2), anclados en la fuerza vivificante
del carisma calabriano, acogiendo la riqueza de la diversidad e insertos en
medio de los pobres, a los cuales el Señor nos envia, con audacia y esperanza,
asumamos este proyecto, como semilla de la buena nueva del Reino de Dios y
expresión de nuestro testimonio profético evangelizador.
1 -
TESTIMONIOS DE LA RADICALIDAD EVANGÉLICA CALABRIANA
«…Arraigados
y fundados en la caridad …» (Ef 3,18)
La vida religiosa radicada en Jesucristo, está llamada a asumir el
misterio dinámico de la encarnación, a la luz de la Pascua, para plasmar un
estilo de vida radicalmente evangélico y significativo. Enraizada y soldada en
Cristo se vuelve «evangelio viviente» y testimonio gozoso para el
mundo.
Jesús exige, antes que nada, un radicalismo fundamental, sin el cual
nuestra vida se vuelve estéril: «Permanezcan en mi como
yo permanezco en ustedes. Un sarmiento no puede producir fruto por sí mismo si
no permanece unido a la vid, tampoco ustedes pueden producir fruto si no
permanecen en mi » (Jn15,4). Permanecer en Él para recibir la
fecundidad de su amor, que nos ofrece la posibilidad de producir frutos y
transformarnos asi en discípulos- hermanos- misioneros.
Como discípulo de Jesús, el pobre siervo está invitado a permancer en
Él: «vengan y vean» (Jn 1,35-42). Es una invitación
a vivir una experiencia de fe vital y vitalizante. Esto exige un permanecer que
se traduce en una actitud de escucha y comunión. La comunión encuentra su punto
más profundo y decisivo cuando «permanecer con Él» se vuelve un «permanecer en Él» (cfr. Jn 15,1-8).
La teología paulina utiliza el verbo «edificar» para anunciar la necesidad de
construir nuestra vida sobre el fundamento de los apostóles y profetas,
teniendo como piedra angular a Jesucristo: «Asi, pues, ya no son
extranjeros ni huéspedes, sino ciudadanos de la ciudad de los santos; ustedes
son de la casa de Dios. Están cimentados en el edificio cuyas bases son los apóstoles
y profetas, y cuya piedra angular es Cristo Jesús. En él se ajustan los
diversos elementos, y la construcción se eleva hasta formar un templo santo en
el Señor. En él ustedes se van edificando hasta ser un santuario espiritual de
Dios. » (Ef 2,19-22).
Ser testimonios de la radicalidad evangélica calabriana es un camino
dinámico, personal, fraterno y vivido a la luz del Espíritu Santo, el maestro
de la vida interior. La comunidad joánica traduce esta dinámica vital usando la
imagen de la vid y los sarmientos; la comunidad paulina usa la imagen de la
construcción del edificio. «Permancer en Cristo» para producir frutos y «edificar» teniendo a Cristo como «piedra angular» significa «tener en nosotros los
mismos sentimientos que tiene Jesucristo» (Fil 2,5).
CONTEXTO
La razón de ser de la vida consagrada calabriana es el seguimiento
radical de Jesucristo.
Nuestra norma fundamental es una relación vital con «la Persona del Verbo de
Dios, que se hizo uno de nosotros en Jesucristo». Seguirlo con un amor
incondicionado nos transforma en memoria viva de su estilo de vida y de su misión, transformándonos en signos
creíbles de la paternidad de Dios.
Hagamos, en la congregación, la experiencia de llevar este tesoro en
vasos de barro (cfr. 2Cor 4,7). Abandonados en la misericordia del Padre que
puede hacer nuevas todas las cosas debemos reconocer:
- la dificultad de parte de algunos, de vivir nuestra primera actividad:
la oración;
- la tentación de la superficialidad espiritual;
- una escucha superficial de la Palabra de Dios;
- un estilo de vida que expresa una cierta anemia espiritual;
- una fidelidad vacía de pasión y entusiamo por el Señor;
- desencanto en el seguimiento de Jesucristo;
- una vida en contradicción con la radicalidad evangélica calabriana.
Conscientes de estas fatigas y fragilidades, consideramos urgente
fortificar en nosotros la centralidad en Jesucristo, para una vida evangélica,
profunda y radicalmente calabriana.
Todo comienza con una mirada que
golpea al corazón y desinstala «desde adentro». Los grandes amores y las
relaciones profundas, aquellas que cambian verdaderamente la vida y le dan un
sentido nuevo y fecundo, nacen de la capacidad de acoger la mirada de amor del
Amor y sintonizar la vida, toda la vida, en esta relación.
Objetivo A1
RADICALIDAD CALABRIANA
El Pobre
Siervo revise y encuentre ocasión para estimular su pasión por la persona de
Jesucristo. Viva con mayor intensidad su identidad calabriana redescubriendo
al Fundador, su pensamiento, su estilo de vida y su mensaje profético para el
mundo actual. Debe dar gozoso testimonio de manera particular con su pobreza personal, el abandono, el
desapego radical y la aceptación de la ley del trabajo (Const. Art. 97 y ss)
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Medios A1
1
Ejercicios
espirituales calabrianos.
2
Dirección espiritual.
3
Opciones concretas de pobreza
personal y comunitaria (ver Constituciones art 52 y su Directorio).
4
Lectio divina personal cotidiana y comunitaria semanal.
5
Escritos del Fundador, Cartas y Documentos provenientes de la
Congregación.
6
Comunión con los hermanos, con el Delegado y el Casante.
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Objetivo A2
VIDA COMUNITARIA
Reconocemos
la vida comunitaria como elemento esencial de nuestra identidad de religiosos
Pobres Siervos, que tiene como fuente la relación filial con Dios Padre. Esta
debe ser vivida como lugar donde se descubre y se vive la relación fraterna y
de amistad; se crece en la vida humana y espiritual y se vive una caridad abierta
y misionera que nos hace discípulos-hermanos-misioneros.
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Medios A2
1
Número de religiosos componentes de la comunidad (mínimo tres).
2
Interculturalidad de los miembros de las comunidades cuando es posible.
3
Proyecto de vida comunitario y personal y su evaluación.
4
Presencia de situaciones de pobreza de las cuales hacerse cargo comunitariamente.
5
Compartir y evaluar periódicamente la utilizaciónon de los recursos
económicos (balance) de la comunidad.
6
Formación de los superiores de comunidad. Diálogo y corrección fraterna.
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Objetivo A3
FORMACIÓN
Nuestra
formación a la consagración, en sus varias etapas (inicial, permanente,
etc.), sea una formación integral con el fin de formar hombres maduros,
capaces de vivir verdaderamente como consagrados; que sintiéndose íntimamente
hijos de Dios-Padre vivan una profunda fraternidad comunitaria y la exigencia
vital de abrirse con un estilo radicalmente calabriano al servicio de los más
pobres.
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Medios A3
1
Ratio Formationis de la Congregación.
2
Iter Formativo de las Delegaciones.
3
Un referente central para la Formación.
4
Una comisión central para la formación compuesta de Hermanos,
Sacerdotes, Hermanas y Laicos.
5
Período de formación intensiva sobre la espiritualidad Calabriana para
los candidatos a los votos trienales.
6
Período sabático calabriano (uno por año).
7
Período sabático de un mes a nivel de Delegaciones.
8
Cursos de especialización y licenciatura.
9
Cuidado especial en la elección de los religiosos formadores.
10 Formación de los ecónomos.
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Objetivo A4
ESPíRITO DE FAMILIA
Para ser reconocida como
calabriana cada realidad de la Congregación debe vivir y desarrollar un
auténtico “espíritu de familia” que favorezca la comunión, la
corresponsabilidad, la colegialidad, el compartir, la participación mediante
un clima de contínua comunicación en todos los niveles.
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Medios
A4
1
Consejo de los Delegados y Ecónomos.
2
Implicación de la familia calabriana de la Delegación,
fundamentalmente cuando se trata de abrir o cerrar casas y actividades.
3
Estatuto de las Delegaciones.
4
Instrumentos adecuados (sitio de internet u otros) para suministrar y
compartir, con la mayor celeridad las informaciones.
5
Colaboración entre las Delegaciones.
6
Colaboración con la Casa Madre (recursos humanos y económicos).
7
Particular atención a los hermanos enfermos o en dificultad.
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2 – PROFECÍA Y EVANGELIZACIÓN
«...Ay de mi si no
anuncio el Evangelio»
(1Cor 9,16)
La certeza de que «todo el mundo es de Dios» alimentaba en Don Calabria la
pasión por el anuncio del Evangelio. Animados de la misma pasión, somos enviados
a diversos lugares del mundo, preferentemente a las fronteras, el desierto y
las periferias a anunciar con alegria la
buena nueva de la paternidad de Dios.
Nuestra gran misión es evangelizar, «anunciar a nuestros
hermanos y hermanas que Dios los ama y que su existencia no es una amenaza para
el hombre; que Él está cercano a nosotros con su poder salvífico y liberador de
su Reino; que Él nos acompaña en las tribulaciones, que alienta incesantemente
nuestra esperanza en medio de todas las pruebas» (DA 30). Como Pobres Siervos
somos llamados y enviados a testimoniar, con alegria fraterna, la buena nueva,
rechazando la dinámica de los profetas de la desdicha.
Evangelizar y construir puentes y no muros, afirma el Papa Fransisco,
buscando avecinarnos a la cultura del encuentro y del diálogo. Evangelizar y
generar actitudes nuevas, acogedoras y que den a las personas la posibilidad de
vivir un encuentro personal y transformante con Jesucristo.
El ícono bíblico del encuentro de Jesús con la samaritana, nos revela el
desafío y la belleza de la misión evangelizadora. La samaritana es la imagen de
la humanidad que, con el cántaro vacío y
habitada de una sed profunda, está en búsqueda del agua viva. A esta humanidad
somos enviados para hacerle presente el amor de Dios Padre providente. El
encuentro con Jesús que transforma la vida de la samaritana que, llena de
gloria y audacia, se vuelve anunciadora del Evangelio(cfr. Jn 4,5-42).
CONTEXTO
En la misión evangelizadora sentimos el peso de nuestra fragilidad, límites
y contradicciones. Abandonados en Dios y en su providencia, hemos buscado
testimoniar el Reino de Dios a través de nuestra vida y de nuestras obras al
servicio de los pobres. Nuestro estilo de evangelizar promueve la dignidad de
las personas marginadas y nos compromete a continuar el camino de fidelidad a
Dios y atención amorosa a la persona. Los signos de vida y los testimonios que
vamos descubriendo en nuestro caminar, hacen nacer en nuestros corazones la
alabanza a Dios por el bien realizado.
Mientras alabamos a Dios por las “bellas obras” que traducen el mensaje
de la paternidad de Dios, debemos reconocer:
-
la
tentación de parte de algunos de fosilizarse en actividades pastorales que ya
no están de acuerdo con los tiempos que vivimos, sin buscar con pasión nuevas
formas de evangelización;
-
un
cierto debilitamento de la vida espiritual y del entusiasmo pastoral;
-
fragilidad,
de parte de algunos, del vínculo con nuestro carisma;
-
deseo
de trabajar por los pobres, pero poca disponibilidad para «estar con los pobres»;
-
número insuficiente de religiosos
en nuestras comunidades;
-
apertura
a duras penas hacia los fieles laicos y poca comprensión de su misión en la
Iglesia.
Reconocemos
que, para una «nueva evangelización», debemos retornar al Evangelio y a un estilo
de vida más simple, austero y solidario, centrado en Jesucristo, acentuado en
los valores del Reino y descentrado de nosotros mismos; un estilo de vida fiel
a la caridad, que traduzca nuestra «pasión
por Dios y por la humanidad».
Nos
reconocemos como familia religiosa formada por personas pobres y pecadoras,
necesitadas de la misericordia de Dios, congregada, reconciliada, unida y
animada por la fuerza del Cristo Resucitado y de la gracia del Espíritu Santo.
Objetivo B1
CONFIANZA Y
ABANDONO EN LA DIVINA PROVIDENCIA
Como Pobres Siervos somos llamados
a crecer en la comprensión y en el testimonio de abandono en la divina
Providencia en los tiempos actuales. Esta no consiste tanto en una fórmula
para aplicar sino más bien, en un estilo de vida, claramente expresado en el
art. 8 de nuestras Constituciones “sin angustias en las dificultades, sin
ansias, sin cálculos humanos, sin preocupaciones”. Esto nos incita a buscar
únicamente el Reino de Dios y su Justicia, abandonando al Padre todo lo
referido a nuestra vida.
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Medios B1
1
El Evangelio, las Constituciones, el Casante.
2
Las personas como primer recurso de las comunidades.
3
Colegialidad y transparencia en la gestión.
4
Los
bienhechores.
5
Diálogo con la realidad local.
6
Providencia local. Contribución de los beneficiados.
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Objetivo B2
LAS PERIFERIAS A LAS CUALES SOMOS ENVIADOS
Las
periferias a las que somos enviados son las personas no amadas, olvidadas y
marginadas y de las cuales ningún otro quiere hacerse cargo, dondequiera las
mismas vivan y a las cuales debemos ir con creatividad profética para ser
testimonios de la paternidad de Dios.
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Medios B2
1
Particular atención a las nuevas pobrezas y a la defensa de los
derechos de los más pobres, teniendo en cuenta el contexto y trabajando en
red (cfr. Const. 29) .
2
Preferir estructuras que demanden una gestión simple.
3
Diálogo personalizado, acogedor
y continuo con los más pobres.
4
Sensibilidad por los temas ecológicos y el cuidado y defensa de la Creación.
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Objetivo B3
PROYECTO PASTORAL DE NUESTRAS ACTIVIDADES
Nuestras
actividades son espacios y medios de evangelización, que deben tener un
proyecto pastoral con una metodología en red (network), con una atención preferencial por las familias y los
jóvenes.
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Medios B3
1
Proyecto pastoral anual compartido y hecho público en cada actividad,
que tenga en cuenta de la diversidad cultural y de credo.
2
Grupo de coordinación de la pastoral de cada actividad.
3
Pastoral
juvenil calabriana.
4
Pastoral
familiar.
5
Documento:
“Perfil de las parroquias calabrianas ”.
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Objetivo B4
METODOLOGÍA DE GESTIÓN
Implementar
una metodología de gestión colegiada inspirada en el espíritu de la Obra,
donde sean contemplados los Consejos de Administración/Dirección con la
participación de religiosos y laicos. Promover una efectiva solidaridad entre
las casas y una gestión más simple y participativa.
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Medios B4
1
Incremento en todas las actividades del principio de la gestión
colegiada (Cfr. Documento “Providencia y gestión del las obras” del 8 diciembre
de 2005).
2
Implementar el método de la programación y de la revisión.
3
Trabajo en red con reciprocidad y coparticipación.
4
Separación de la gestión económica de la actividad y de la gestión
económica de la comunidad.
5
Atención cuidadosa, personal y calabriana con los bienhechores.
6
Recursos humanos profesionales y cualificados.
7
Espacios de aggiornamento acerca de la gestión colegiada y compartida.
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3 - FAMILIA CALABRIANA
Todos
somos hijos de un mismo Padre,
todos
formamos una sola familia, la familia de Dios (Don Calabria)
¡La Obra es una
gran familia! En el corazón y en el pensamiento de Don Calabria la realidad de
la Obra como familia tiene un solo punto de partida: Dios Padre. Ésta es la
grandiosa y profunda intuición experiencial que se traduce en vida y relaciones
nuevas, según la dinámica del espíritu de familia. La vertiente de la
paternidad de Dios hace manar la filiación y la fraternidad, la Familia
Calabriana. Nuestra identidad fundamental nace de la aceptación filial y
fraterna del amor de Dios, revelado por Jesús, como el Padre bueno, providente
y misericordioso.
Contemplar el
rostro de Dios Padre nos hace descubrir la belleza de nuestra vida filial y nos
compromete a construir la fraternidad.
Ya se ha vuelto un slogan entre nosotros: “Dios es nuestro Padre, por eso todos somos hermanos y hermanas”. La
fraternidad sincera, evangélica y gozosa
es el rostro de Dios que nuestra familia
está llamada a diseñar, para que el mundo crea en Jesús y en el amor de Dios
Padre. Es Jesucristo quien nos revela el rostro del Padre. La relación con
Jesús nos introduce a la aceptación de esta paternidad en nuestra vida. Nos
transformamos en Familia Calabriana en la medida en que nos abrimos y recibimos
el amor del Hijo, y aprendemos de Él a vivir nuestra relación con el Padre y
con los hermanos y hermanas.
La Familia
Calabriana, formada por hermanos, hermanas y laicos, tiene una misión decisiva
en un mundo sumergido en el consumismo, en el individualismo y constantemente
amenazado por un estilo de vida triste y desesperanzado. Ser una luz de
esperanza para la humanidad, un “faro en
la noche del mundo”, un “místico tren”
que conduce a todos los hombres a su verdadero fin, significa encarnar el amor
de Dios Padre, viviendo el espíritu de familia, a través de una fe práctica.
Cuando “somos una sola familia atenta a
las señales del Señor” nuestra vida se transforma en una hermoso testimonio
de la Paternidad de Dios, “… para que el
mundo crea” (Jn 17, 21).
CONTEXTO
Somos una
familia llamada a vivir y a promover la unidad que nace de la comunión con el
Padre y con el Hijo, por medio del Espíritu. De la fuente de la paternidad de
Dios nace la posibilidad de ser Familia Calabriana. La actitud amorosa de Dios
hacia cada uno de nosotros es una invitación a reconocernos hijos diferentes y
a vivir como hermanos. De la respuesta a este don del Señor nace y se
profundiza la identidad de la Familia Calabriana. Vivir como familia en estos
tiempos es un enorme desafío y se convierte al mismo tiempo en una gran
profecía y un instrumento práctico para el anuncio del Evangelio.
La Familia
Calabriana es una bendición para nosotros y un testimonio eficaz del carisma en
el mundo. Nuestra confianza y abandono en Dios Padre-Madre y la fraternidad
compasiva y solidaria son la sal y la luz que, como Familia Calabriana,
ofrecemos a los ambientes en donde realizamos nuestra vida y nuestra misión.
Ser sal y ser luz significa ser “evangelios
vivientes”.
Somos una
familia llamada a vivir en dinámica de crecimiento. Tenemos que buscar “nuevas formas” de traducir nuestro deseo
de mayor comunión y acogida. Hemos de seguir construyendo caminos de relaciones
más profundas entre hermanos, hermanas y laicos. Sentimos la necesidad de
crecer en la comunicación entre los varios miembros de la Obra, de modo que
aumente nuestra IDENTIDAD de Familia Calabriana.
Reconocemos con
alegría que tenemos una hermosa historia de familia que custodiar y compartir
con el mundo. Renovamos nuestro compromiso de seguir construyendo una historia
de testimonio y profecía, también en el contexto eclesial donde nos encontramos
y estamos llamados a dar frutos de vitalidad evangélica.
Objetivo
C 1
LA FAMILIA CALABRIANA
A partir de la realidad de Familia
Calabriana como participación del único y precioso carisma común, se
favorezca el crecimiento del sentido de identidad y de pertenencia de los
varios integrantes de la misma Obra.
Se desarrolle, mediante caminos
específicos y actividades comunes, todo lo que promueve el sentido de la
Familia Calabriana.
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Medios
C 1
1 Consejo
de “Familia Calabriana” en cada Delegación.
2
Instrumentos que favorezcan el intercambio de informaciones en el seno
de “la Familia Calabriana”.
3
Traducciones adecuadas y la correspondiente difusión de los escritos y
documentos producidos por la Obra.
4
Líneas guías del Laico calabriano.
5 Vademécum del Casero que presente y
reconozca los grupos pertenecientes de la Familia Calabriana.
6
Una jornada en memoria de los difuntos “Familia Calabriana” (Cf
Directorio, art. 86 d).
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Objetivo
C 2
HERMANAS
Se prosiga en el crecimiento y la colaboración
entre las congregaciones que forman parte de la Obra (Pobres Siervos DP, Pobres
Siervas DP, Misioneras de los Pobres). Tal comunión ha de ser aumentada y
ampliada, sea en el compartir el carisma y el espíritu de familia en las
actuales actividades, como en la elección de nuevas aperturas.
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Medios
C 2
1
Momento
de formación en conjunto (celebraciones, ejercicios espirituales, encuentros de consejo, etc…).
2
Programación
común de la misión.
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Objetivo
C 3
LAICOS COLABORADORES
Basados en la común dignidad de hijos de
Dios, reconocemos la importancia de los laicos colaboradores como integrantes
de la Obra. Estamos llamados a construir juntos un camino de comunión y
participación.
Se desarrolle a nivel general y en cada
Delegación la necesaria complementariedad, dando vida a actividades y
organismos que tengan como eje la corresponsabilidad y la participación en el
carisma y la misión.
Cuídese en manera particular la formación
de nuestros laicos colaboradores.
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Medios
C 3
1
Consultar
a los laicos colaboradores.
2
Trayectos
formativos calabrianos en las diversas actividades de la Obra.
3
Documento
“El desafío de la radicalidad”.
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Objetivo
C 4
CULTURA VOCACIONAL
A nivel personal, los Pobres Siervos
sientan como su compromiso específico descubrir y valorar los signos del
llamado de Dios dentro de la Familia Calabriana, sabiendo que de su
testimonio depende en gran parte la “chispa” de la vocación.
Al mismo tiempo, a nivel comunitario y de Congregación, se
pongan en marcha iniciativas adecuadas que favorezcan la sensibilidad a la
vocación religiosa, en modo que se desarrolle en cada uno de sus miembros una
auténtica cultura vocacional.
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Medios
C 4
1
Animación
vocacional en nuestras actividades.
2
Equipo
vocacional en cada Delegación.
3
Sinergia
entre la animación vocacional, las casas de formación y la pastoral juvenil.
4
Experiencias
del “Ven y ve” en la comunidades.
5
Involucrar
a los formandos en la pastoral juvenil y parroquial y en el servicio a los
pobres.
6
La
presencia del “hermano” en la animación vocacional y en las casas de
formación.
7
Servicio
de animación vocacional en todas las parroquias de la Obra.
8
Semana
vocacional calabriana anual.
9
Año
vocacional calabriano 2016-2017.
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RESOLUCIONES
1
Al concluir el Sínodo de los Obispos sobre la vida consagrada, el Consejo
General indica un año de profundización sobre el tema de la vocación religiosa
que nos hace a todos hermanos, como elemento central de nuestro llamado. Póngase
particular esfuerzo en definir y promover las vocaciones a sacerdote y hermano
calabriano.
2
El Consejo General con los Consejos de Delegación hagan una evaluación
de la experiencia de los noviciados internacionales.
3
Después de un adecuado
apostolado y manteniendo en los compromisos apostólicos, se dé la posibilidad a
los religiosos de realizar estudios de especialización o de doctorado, de
acuerdo con el Delegado y el Consejo General.
4
El Consejo General encuentre una solución para que estén representadas
las minorías de los religiosos en el Capítulo.
5
Ad experimentum, el mandato del Delegado dure un trienio y sea renovable
por no más de dos veces (por un total de nueve años). Los Consejeros duran en
su cargo tres años y son siempre renovables.
6
Se forme una comisión para la actualización de las Constituciones que
tome en consideración la revisión de la duración del mandato y la modalidad de
la reelección del Casero.
7
El Consejo de Delegación instituya una Comisión de Laicos
colaboradores, y en base al documento presentado por los laicos en el Capítulo
“El desafío de la radicalidad”,
elabore un Estatuto y se establezcan tiempos y métodos para realizar los
instrumentos allí indicados.
8
Una actividad puede incluir sectores productivos, preferentemente
relacionados con la actividad principal,
para ofrecer una sustentación económica a la actividad misma. Éstos sean
evaluados con el Delegado y el Casero. Las Delegaciones cuiden que los
eventuales excedentes económicos
generados por las actividades, puedan ser utilizados en beneficio de otras
actividades en dificultades económicas, en base al principio de solidaridad
entre las casas.
9
Las actividades laborales fuera de la Congregación que realicen los
religiosos y que perciban un salario deben:
a)
ser asumidas de acuerdo con la comunidad y el Delegado y no deben
limitar la misión que realiza el religioso;
b)
el salario debe ser entregado a la comunidad local, así como toda otra
ganancia, tal como lo establecen las Constituciones (Cf art. 52 a).
10
Actividades e iniciativas de la Obra no pueden ser sostenidas
económicamente concediendo publicidad a entes, empresas o productos (Cf
Constituciones art 9b).
11
El porcentaje de los participantes en el próximo Capítulo General sea
el 11% de los que tienen derecho.
12
El Consejo General evalúe la oportunidad de iniciar el proceso de
beatificación del P. Luis Pedrollo.
13
El Casero se ocupe de que los varios miembros de la Obra (Pobres
Siervos, Hermanas, Laicos), crezcan en el sentido de pertenencia a la Familia
Calabriana. Proponemos que en el sexenio se realice una “reunión” o “capítulo”
de la Familia Calabriana que señale el camino que se deba realizar para
fortalecer la unidad.
14
Cada Delegación adopte un instrumento que regule la relación humana y
carismática con los laicos colaboradores.
15
El Consejo General asuma el
documento presentado en el Capítulo por la Comisión Económica como instrumento
para elaborar un “vademécum” adecuado para afrontar el tema de endeudamiento.
16
El Consejo General estudie la posibilidad y la modalidad de la
efectiva participación de los miembros de la Familia Calabriana en la
preparación y desarrollo del Capítulo General.
17
El Consejo General actualice las oraciones devocionales de la Obra.
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