El
desafío de la radicalidad
Aporte de los laicos
colaboradores para el XI capítulo general de la congregación pobres siervos de
la divina providencia
Breves puntos de reflexión
1. La radicalidad calabriana y nosotros
Sin dudas es un desafío muy grande y arduo aquel de
entrar en una realidad que requiere de los colaboradores además de la
contribución profesional aquel de adherir/compartir el Carisma de San Juan
Calabria.
En líneas generales, hay muchos modos de desempeñar el
rol de colaborador, con límpida conciencia e imprescindibile preparación, pero
si queremos hacer una síntesis, podemos decir que hay dos modos de interprtetar
nuestro rol en la obra: uno pasivo y el otro activo.
Vivir de modo pasivo significa compartir, o mejor,
aceptar las reglas y desenvolver honestamente el proprio trabajo: ¡nada para
reprochar!
Vivir de modo activo, en cambio, significa
involucrarse y dejarse involucrar, no solo aceptar las reglas y la misión, sino
y, sobretodo estar disponibles a crecer juntos.
Si unimos a la profesionalidad esta participación
activa, haciendo de las mismas un “unum” es mucho mejor; sabiendo siempre que
puede haber diversos niveles de intensidad en este “unum” ya que cada persona
tiene su propia historia y vivencia la cual debe ser respetada.
Sintetizando al máximo, podemos afirmar que el
horizonte en el cual nos movemos es aquel de un testimonio cristiano vivo que
se traduce en un estilo de vida personal coherente. Tal estilo es importante
para todos, en particular para aquellos que tienen roles de responsabilidad. Al
mismo tiempo, debemos tener en cuenta las dificultades y las fragilidades de
cada uno.
Paralelamente no se puede ignorar que la radicalidad
calabriana debe tener en cuenta también lo atinente a la “dinámica
administrativa” propia de las empresas que, nos puede brindar elementos que
nos ayuden a ir “por el camino
desierto”, por otra parte, introduce una lógica gestional propia que puede, si
no es bien aplicada, alterar la expresión plena del carisma. Es necesario alcanzar un
justo equilibrio.
Recordemos que hoy los laicos que trabajan en la Obra,
muchas veces representan la cara visible entre la Obra y las Personas que a
ella se acercan y son un instrumento ideal de la nueva evangelización porque, desde
su coherencia y fidelidad, pueden encarnar aquella Buena Noticia que Jesús ha
traido, y de la cual Juan Calabria fue un ardiente testigo.
Si quisiéramos garantizar que un colabrorador es
eficiente y bueno, aquello que deberíamos “medir” (y creemos que se puede) para
afirmar esto, es medir el deseo que manifesta en responder a esta específica
vocación y la real voluntad de luchar por cumplirla.
2. Ve
por el camino desierto:
el estilo calabriano de los
colaboradores
El camino
desierto existe y lo vivimos así: muchas veces caminamos errónemanete a lo
largo del camino, siempre apurados y con el riesgo de vivir en una absoluta
soledad social y espiritual. Este es el primer desierto que debemos temer. Son
los caminos que recorremos y que se pueden volver que desiertos porque no nos
arriesgamos o porque estamos ciegos y no somos capaces de ver lo que tenemos a
nuestro lado.
La pobreza más grande hoy es la SOLEDAD espiritual y
real por la falta de la familia (mucha veces ni siquiera aquella “alargada”) y
de la comunidad (de cualquier tipo). Ejemplo práctico es la soledad de muchos
ancianos, de muchos niños, de muchos “abandonados”, de los sin trabajo, de los enfermos
psíquicos, de los pobres económicamente hablando y del enfermo que se siente
solo para afrontar su enfermedad.
Como respuesta a este desierto, el estilo calabriano
para nosotros colaboradores, debe exprimirse de manera particular en valorar
las buenas relaciones, en tener una
atención particular en el modo en que nos relacionamos con las personas que se
nos confía y con aquellas con las cuales compartimos la experiencia de trabajo.
Para nosotros los colaboradores, don Calabria a través
del abandono en la PROVIDENCIA, representa un claro ejemplo de persona que ha
sabido afrontar muchos momentos de dificultad sin perder la esperanza. Es más,
en él vemos una persona que ha buscado respuestas de forma activa, creativa y
profética, en primer lugar dando confianza a las personas que estaban a su
lado, haciendo emerger de cada uno de ellos sus dones para crecer en humanidad
y espiritualidad.
La actitud de abandono y confianza propia de don
Calabria es para nosotros un estímulo para hacernos cargo, cada vez mejor de
las personas que se nos confían. La mirada sonriente con la que es representado
siempre don Calabria nos hace pensar que una sonrisa cuesta poco, una palabra
buena cuanto bien hace al espíritu y también al cuerpo de nuestros “pobres”
(aunque muchas veces estos pequeños gestos son negados en nombre de una
presunta “etiqueta de profesionalidad”).
Como colaboradores laicos nos sentimos animados para
hacer nuestro este estilo, haciendo que “se vuelva nuestro estilo de trabajo”. Para hacerlo de manera más responsable,
tenemos la necesidad de una mayor formación sea a nivel de conocimiento de la
Obra y del carisma, sea a nivel espiritual personal.
3. Trabajo y
anuncio del Evangelio
No hay dudas que la profesionalidad ofrecida por los
colaboradores es un gran instrumento de evangelización. Por esto se debe buscar
y mantener una elevada competencia profesional: es necesario elegir siempre
colaboradores preparados, orientados a la formación continua, capaces de confrontarse
con otros profesionales, para ofrecer el mejor servicio a las personas que se
nos confian.
Las personas que se nos confían
deben saber que en nosotros encontarán una buena respuesta, competente y
aggiornada para sus problemas. El modo de trabajo Calabriano debe tener en
cuenta la situación total de la persona, es decir debemos “flanquear” a las
personas que nos piden ayuda. Este modo de trabajar nos permite ser testimonios
de la Providencia y testimonios de un modo diverso de trabajar que nos lleva a
prestar atención a la persona en su totalidad y no solamente a la “necesidad”
específica por la cual acude a nuestro encuentro el pobre.
En el momento en el que ofrecemos ayuda, técnica y
capacidad de escucha, nos ofrecemos a nosotros mismos. Esto es ya gratificante:
es lindo saber que cuando damos (quien más, quien menos) recibimos mucho más de
lo qie damps (si sabemos recibirlo). Será solo un gracias, el testimonio de una
vida, será cuando descubrimos en el otro el espejo de las necesidades que un
día podrán ser las nuestras... Afortunados son aquellos que, en las pequeñas
cosas de cada dia descubren “el amor de Dios Padre hacia los hermanos más
pobres”.
Propuestas concretas
para
los capitulares
Siguiendo las
indicaciones recibidas del
Consejo General, hemos elegido una modalidad sintética y lo más concreta
posible para presentar este trabajo de los laicos colaboradores a los
capitulares.
Creemos oportuno proponer a los capitulares cuatro
acciones concretas, largamente esperadas por los laicos:
1)
La creación de un consejo de laicos
2)
La implementación de algunos instrumentos de gestión
participativa
3)
La implementación de algunos instrumentos específicos
de evaluación
4) La
implementación de algunos instrumentos específicos de formación
Para cada uno de estos ámbitos hemos inserido 3
parágrafos distintos:
1)
EL CONTEXTO en el cual se inserta nuestra propuesta,
con el significado y los obejtivos.
2)
La PROPUESTA que hacemos a los capitulares para llevar
a cabo los instrumentos indicados.
3)
Una HIPOTESIS OPERATIVA de como podría implementarse
concretamente el instrumento propuesto.
El motivo por el cual quisimos inserir la hipótesis
operativa es, para ser más concretos, y evitar entregar a los capitulares solo
bellas palabras vacias.
Sabemos
que las hipóstesis propuestas aqui no son las únicas posibles y les
corresponderá a los capitulares decidir aquellas más convenientes, con todas
las modificaciones que crean oportunas.
1. CONSEJO
DE LAICOS
CONTEXTO
·
La institución de un consejo de laicos es la propuesta
más compartida y sentida por los laicos que han participado de los encuentros
pre-capitulares.
·
El objetivo del consejo, ampliamente compartido, es
aquel de aumentar la corresponsabilidad entre religiosos y laicos tanto en lo
que respecta a compartir el carisma de don Calabria como en el tema de la
gestión de la actividad. Queda firme, naturalmente, la autoridad última del
Casante.
·
El consejo viene visto como un pasaje fundamental para
que tanto laicos como religiosos lleguen a hablar el mismo lenguaje, compartiendo
con mayor claridad los objetivos, las opciones y las motivaciones espirituales
y materiales que guian a la Obra.
PROPUESTAS
·
Se propone que sea creado un consejo de
laicos que pueda acompañar a cada Consejo de Delegación con una función
consultiva, limitado a los ámbitos y competencias que se decida atribuirle.
·
Creemos
importante que el consejo, además de tener una función consultiva y técnica,
sea un organismo en el cual se haga experiencia de espiritualidad calabriana y
se compartan momentos significativos
desde el punto de vista del carisma, para poder, de esa manera ser fermento
para todos los laicos.
·
La composición y el funcionamiento del
consejo de laicos son establecidos por un estatuto. Las líneas guias serán
comunes en todas las Delegaciones, aunque después en el funcionamiento, podrán
haber variaciones atinentes con las exigencias legales de cada lugar. El estatuto
podrá ser realizado por un grupo de laicos y religiosos en forma conjunta.
·
La redacción y puesta
en vigencia del consejo debe ser un objetivo a realizarse en el primer año del
sexenio.
·
El consejo de laicos debe encontrarse con
regularidad durante el año y ser escuchado con regularidad por el Consejo de
Delegación y el Consejo General cuando realiza la visita a la Delegación.
·
En lo operativo, el Consejo de Laicos debe
hacer referencia a algunas de las comisiones específicas (por ejemplo formativa/carismatica,
gestión/administrativa, social…).
·
Una comisión de carácter internacional, y no
ligada a los consejos de cada Delegación, debe ser constituida para ocuparse de
organizar y coordinar los proyectos socio-sanitarios que abarcan casas
calabrianas de diferentes países..
HIPOTESIS
OPERATIVA
·
El consejo de los laicos podrá ser
oganizado en diferentes comisiones operativas con específicas competencias, a
definir según las necesidades y normas de cada territorio. La composición del
consejo deberá contar con dos representantes, por lo menos, de cada comisión
operativa, además de un representante por cada casa de la delegación (es
importante la participación también de las casas más pequeñas).
·
Ejemplo de comisiones posibles: formativa/carismatica
(con la tarea de coordinar la formación de los laicos en las varias casas), gestión-administración
(con la tarea de asistir al Consejo de Delegación en la gestión financiera,
patrimonial, de sustentabilidad, etc...), social, sanitaria…
·
Las comisiones, formadas por no más de 5-7
personas nombradas por el Consejo de Delegación, deberán tener un rol operativo
y estar compuestas por laicos expertos y competentes en la materia específica
de cada comisión (sin excluir la consulta con personas expertas que no
pertenezcan a la misma). La comisión podrá ser acompañada por un religioso
referente y de algún organismo de la Obra existente (por ejemplo en la
formación).
·
Competencias del consejo podrán ser:
coordinar el trabajo de las comisiones, ser nexo entre la Congregación y los
laicos (a través del uso de canales de comunicación idóneos), ofrecer consejos
al Consejo de Delegación sobre cuestiones delicadas que impliquen a los laicos
(por ejemplo: clausura de casas o actividades), dar indicaciones generales
respecto a la formación de los laicos, ser punto de referencia en la evaluación
del sexenio con respecto a los objetivos atinentes a los laicos...
·
Con respecto a la
“Comisión de proyectos internacionales”, por cuestiones prácticas relacionadas
a la internacionalidad del mismo proyecto, podría ser oportuna que la misma
tenga una cierta autonomía de gestión, organizacional y económica.
2. INSTRUMENTOS DE GESTIÓN PARTICIPATIVA
CONTEXTO
·
Creemos que la práctica de la gestión participativa, a través de consejos,
puede ser el punto de partida para la construcción del conocimiento específico
y de la acción evangelizadora que pretendemos efectivizar en nuestras
organizaciones calabrianas.
·
Desarrollar un modo participativo de gestión como un camino seguro para
enfrentar los cambios por los cuales pasa hoy la sociedad y las organizaciones.
También, porque vemos en la gestión participativa una forma de administrar las
actividades que más se aproxima con el carisma y la espiritualidad de los
Pobres Siervos de la Divina Providencia.
·
Realizar planificaciones integradas entre actividades afines nunca fue
tan esencial para las instituciones del tercer sector como en estos momentos,
tiempos de cambios rápidos, de definición de objetivos, de flexibilización y de
adaptación rápida a las nuevas necesidades.
·
Apertura a las señales de los tiempos para acoger las nuevas demandas
sociales.
PROPUESTAS
a) Gestión participativa
·
Implementar
la gestión participativa a través de los consejos Deliberativo, Regional,
Operacional, Comunitario, de Familia, etc...
·
Elaborar la planificación de las actividades
utilizando la metodología de la planificación circunstancial (específica para
las instituciones del tercer sector).
·
Valorizar el capital humano (gestión con personas) de
las actividades calabrianas, a través de la participación, formación continua
(humana, espiritual y técnica), desarrollando el sentido de pertenencia a la
obra.
·
Realizar encuentros regionales y nacionales de
gestores de las actividades calabrianas, con temas relevantes a las necesidades
del momento.
·
Desarrollar la comunicación interna, externa y
internacional entre las actividades calabrianas afines.
·
Definir los roles, las responsabilidades y las competencias de manera formal.
b)
Gestión financiera
·
Autosustentabilidad de las actividades, a través de la
diversificación de las fuentes de financiamiento.
·
Estructurar un plan de indicadores para monitorear los
procesos y resultados.
c)
Nuevas demandas
·
Estar abiertos a la nuevas demandas sociales, como P.
Juan Calabria lo estaba a los nuevos desafíos.
·
Evaluar la continuidad de las actividades y verificar
si están de acuerdo con el carisma calabriano, y si atienden las demandas
sociales actuales.
3. INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN
CONTEXTO
·
La cultura de la evaluación es vista por los
colaboradores como un elemento esencial para dar credibilidad a los objetivos
que se plantean.
·
La premisa para poder favorecer
una cultura de la evaluación es que los objetivos a evaluar sean claros. Los
laicos creemos oportuno que en nuestras casas se implemente cada vez más una
cultura de los objetivos.
·
Cuanto más claros y concretos son
los objetivos, más los colaboradores se sentirán comprometidos en la misión de
la casa y podrán reforzar su sentido de pertenencia a la Obra.
·
Proceder a través de objetivos y evaluación de manera
sistemática es también un modo para salir de una cierta autorreferencialidad
que algunas veces caracteriza a nuestras
casas y actividades.
PROPUESTAS
·
Se propone que cada casa se responsabilice
en lo referente a definir y comunicar periódicamente los propios objetivos de
la actividad, de los recursos, del personal, relación con los proveedores,
evangelización….
·
Se propone que cada casa sea dotada de los
instrumentos adecuados para la revisión de los objetivos que se proponen al
inicio del año.
·
Es necesario que se individualicen los
indicadores de base que favorezcan la programación y la evaluación, sobretodo
en algunos ámbitos que son transversales a todas las casas (por ejemplo:
formación, evaluación de los beneficiarios de nuestras actividades,
sustentabilidad económica, participación, relación con los colaboradores,
pastoral, clima organizativo...). A propósito ver el esquema de la siguiente página.
·
Se debe dar una
particular atención a lo que piensan las personas que se nos han confiado. Se
trata de evaluar los siguientes aspectos: los servicios recibidos, el clima que
encuentran, la correspondencia con los valores propios del estilo calabriano
(en otras palabras: ¿qué piensan de nosotros los pobres?). La evaluación, en lo
que respecta al clima y al estilo calabriano, podría ser propuesta de la misma
manera para todas las casas de la Obra.
·
El consejo de los
laicos sea el punto de referencia para la evaluación de los objetivos que el
Capítulo propondrá para el sexenio en relación a los laicos.
·
Sean facilitadas
modalidades de evaluación para entender si una casa o una actividad están en
consonancia con la misión de la Obra o no. También en este tema el consejo de
los laicos puede dar su opinión...
·
También el camino de formación sea
monitoreado y evaluado para ver si resulta eficaz.
HIPOTESIS OPERATIVA
·
A fin de garantizar un correcto sistema de
programación y control podría ser útil hacer referencia a un modelo que
comprenda por lo menos tres áreas: gestión por objetivos, evaluación de los
resultados, transparencia.
·
Naturalmente es
competencia del Consejo General y de Delegación, con la ayuda del consejo de
los laicos, evaluar cuáles casas y actividades abrir, reformar o cerrar. Así
también es competencia del Consejo valorar si existe coherencia entre la casa y
la actividad con la misión calabriana, teniendo presente también la
sustentabilidad de la misma. Un esquema útil, en tal sentido puede ser, el que
encontramos aquí al lado.
·
Siempre el Consejo General y el de
Delegación, con la ayuda del consejo de Laicos, deberán concordar con los
responsables de cada casa los objetivos multidimensionales y los indicadores
para cada casa: en términos de actividad, de sustentabilidad económica, de
coherencia con la misión calabriana, de eventuales ayudas a otras casas...
·
A esta altura, de acuerdo con las
indicaciones del Consejo General y el de Delegación, cada casa deberá hacerse
responsable para que los objetivos se lleven a cabo. Sería muy útil que cada
casa redactara anualmente, o por lo menos periódicamente, un documento con la
programación preventiva del año (incluyendo actividades previstas, recursos a
emplear, objetivos en término de misión específica de la casa, relación con los
colaboradores, personas a ayudar...). No se trata de un mero balance económico,
sino de una programación que abarque los objetivos sociales y misioneros de la
casa.
·
Este documento deberá ser enviado al
Consejo de Delegación que así podrá evaluar mejor como está andando la Obra en
sus varios niveles: actividad, estilo, colaboradores, necesidades económicas,
rol de la comunidad religiosa, pobrezas emergentes…
·
El item que sigue es el de la revisión de
los objetivos que se proponen. En este sentido cada casa debería realizar
periódicamente una rendición de la misión (personas ayudadas, sustentabilidad
de la asistencia realizada, colaboraciones con otras casas de la Obra u otras
Obras, opiniones recogidas a través de cuestionarioss...).
·
El tercer item, aquel de la transparencia,
podría preveer una publicación vía web, por lo menos de uso interno, de la
rendición de la misión de la Congregación (rendición centrada en la misión
desarrollada, agregando el balance fiscal que ya estamos obligados por ley a
publicar).
·
La premisa para que este sistema de gestión
a través de objetivos y revisión pueda funcionar es que en cada casa sean
claras las responsabilidades y las funciones, en particular la relación entre
el presidente (generalmente un religioso) y el director (generalmente un
laico), asi como en todos los niveles de la organización.
4. INSTRUMENTOS DE FORMACIÓN
CONTEXTO
·
De los aportes de los colaboradores emerge con mucha
claridad la necesidad de una formación permanente en cuatro ámbitos:
profesional, relacional, espiritual y cultural.
·
Sabiendo que los 4 ámbitos son complementarios, la
propuesta que hacemos a los capitulares hacen referencia de manera particular
al camino a recorrer para conocer el carisma y el estilo calabriano. En este
ámbito, de hecho, los colaboradores han expresado la necesidad de que haya
propuestas comunes a todos los laicos.
·
Otra exigencia que emerge con fuerza es la de contar con
un camino formativo calabriano específico para los nuevas desafíos. Ha sido
subrayado la necesidad particular de atender la formación de los dirigentes y
de los responsables de los sectores.
PROPUESTAS
·
Cada año se proponga un camino de formación calabriana que sea común
para todos los laicos de todas las casas y grupos. Las
líneas guías y los instrumentos a utilizar deberían ser enviados por la
comisión formativa central (en sintonía con el consejo de los laicos y con los
religiosos encargados de la formación en la Delegación). La comisión estará en
contacto con los referentes de la formación de las casas, a los cuales les
corresponderá definir tiempos y modos de la formación en cada casa.
·
Se propone que la comisión formativa central
(en sintonía con el consejo de los laicos y con los religiosos encargados de la
formación) se encargue de implementar un camino de formación calabriano común
para todas las casas para todos los nuevos desafíos. Tal camino deberá ser
basado en el conocimiento de don Calabria, la historia y actualidad de la Obra,
el carisma y estilo calabriano en relación al lugar de trabajo. A partir de
esta base común, cada casa podrá adaptar el camino a las propias exigencias.
·
Se propone organizar cada año, por lo menos
un encuentro de formación calabriana dirigido específicamente a los dirigentes
(pensado junto a ellos), y uno destinado a los responsables de los distintos sectores
(pensado y organizado junto con ellos).
·
Se evalúe como dar
mayor relieve a los colaboradores en los medios ya existentes, como por ejemplo L’Amico y A ponte, que puedan servir para conocer mejor la Obra y su
carisma. Se evalue además la posibilidad de crear nuevos medios en tal sentido,
sobretodo de tipo multimedias.
·
Se propone crear un archivo único de
subsidios formativos usados en las distintas casas (filmes, publicaciones,
cursos,...).
HIPOTESIS OPERATIVA
·
Las propuestas en materia de formación deberán
ser puestas en práctica por una comisión formativa central de laicos (compuesta
por 5 a 7 miembros nombrados por el Consejo de Delegación).
·
La comisión central
deberá trabajar en sintonía con el consejo de laicos y junto a los religiosos
referentes de la formación de la Congregación. Además deberá estar en frecuente
contacto con los referentes de la formación de cada casa.
·
La comisión deberá ser punto de referencia
para la formación “calabriana”, y también podrá ofrecer una ayuda metodológica
también en lo que respecta a la formación profesional de las casas.
·
Se ve necesario que en este camino
formación haya momentos donde se comparte testimonios de vida. Se trata de algo
fundamental para garantizar el pasaje generacional también entre los laicos, favoreciendo
el nacimiento de las nuevas vocaciones laicas que pueden entusiasmarse por el
ejemplo de quienes lo han precedido en la Oba. Sería importante que haya
momentos de encuentro entre laicos de diversas casas o de sectores diversos de
una misma casa, se trata de ocasiones de formación que se deben promover más,
ya que estas ayudan a crecer y a enriquicerse en la diversidad.
5. NUESTRAS
CONVICCIONES
Creemos que esta propuesta puede ayudarnos
a nosotros laicos a vivir con mayor conciencia y convicción nuestro rol dentro
de la Obra. Por otro lado estamos convencidos que estos instrumentos pueden
ayudar a la Obra a valorizar más la contribución de los laicos, sea en lo
espiritual como en lo profesional.
Creemos que el consejo de los laicos,
juntamente con los instrumentos de formación y el modelo de gestión por
objetivos/revisión propuestos, llevarán a un camino de clarificación de los
roles, de los procesos y de las responsabilidades, dando respuesta a muchas
otras necesidades expresadas por los laicos colaboradores.
A propósito, señalamos algunas de las
necesidades que emergieron: tener indicadores más claras para la elección y el
estilo de los colaboradores, favorecer el intercambio de experiencias entre
colaboradores más ancianos y más jóvenes, reforzar el sentido de pertenencia a
la Obra, mantener una fuerte apertura hacia las nuevas pobrezas, aggiornar y
actualizar algunos términos tradicionales calabrianos (buscar traducciones que
sean más accesibles también para los colaboradores no creyentes o de otras
religiones).
Estamos convencidos que los instrumentos
propuestos en este documento, no solo nos ayudarán a encontrar respuestas a las
necesidades citadas, sino que favorecerán a una colaboración constructiva y de
acuerdo con los tiempos actuales entre laicos y religiosos, manifestando de
manera evidente que somos una comunidad en camino y vamos todos hacia la misma
dirección, que es aquella de la misión de la Obra.
En este sentido, este podría ser un primer
paso hacia un futuro Capítulo de la Obra, en el cual un día puedan encontrarse
todas las ramas del árbol calabriano: religiosos, religiosas y laicos juntos
para confrontarnos acerca de la Obra que todos llevamos en el corazón.
Una última consideración la dedicamos al
tema de la radicalidad. Creemos, antes que nada, que el primer y principal modo
de vivir radicalmente el carisma para nosotros los laicos es el ejemplo personal
de disponibilidad y dedicación al prójimo, espcialmente al más pobre.